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“Un rincón del mundo” - Christina Baker Kline

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Hace más de un año leí un libro que me gustó mucho: “El tren de los huérfanos” por lo que, al saber que su autora sacaba nueva novela, ni leí la sinopsis y me hice con ella. Lamentablemente, ésta no me ha gustado tanto como la anterior

Éstas son mis impresiones



Christina Baker Kline 


Christina Baker Kline es novelista, ensayista y editora. Nació en Cambridge, Inglaterra, y se educó primero allí y luego en el sur de Estados Unidos y en Maine. Se licenció en Yale, Cambridge, y en la Universidad de Virginia, donde obtuvo una beca Henry Hoyns en Escritura de Ficción. Entre 2007 y 2010 una beca de la Universidad de Fordham le permitió dedicarse en exclusiva a escribir.

Sus ensayos, artículos y reseñas han aparecido en medios como el San Francisco Chronicle, The Literarian, Coastal Living, More y Psychology Today.Además de El tren de los huérfanos, que ocupó el número uno en las listas de libros más vendidos del New York Times, ha publicado las novelas Bird in Hand, The Way Life Should Be, Desire Lines y Sweet Water.

Vive en una vieja casa en Montclair, Nueva Jersey, con su marido y tres hijos.



Datos técnicos

Título: “Un rincón del mundo”

Autora: Christina Baker Kline

Editorial: Ediciones B

Edición: tapa blanda con solapas

Fecha de publicación: octubre de 2017

296 páginas

ISBN: 9788466662208

Precio: 18,00 € en papel



Argumento

Para Christina Olson, el mundo se reducía al lugar donde había nacido: la granja familiar en Cushing, un pequeño pueblo costero de Maine. Aquejada por una enfermedad que le producía una creciente incapacidad, parecía destinada a una vida limitada. Sin embargo, durante más de dos décadas Christina fue la inspiración del artista Andrew Wyeth, quien la retrató en uno de los cuadros más conocidos del siglo XX en Estados Unidos.

Con una prosa evocativa y lúcida, Un rincón del mundo revela a la mujer de carne y hueso detrás de esa misteriosa joven que parece arrastrarse sobre una pradera, con su cuerpo vuelto hacia una casa en lo alto de una colina.

Christina Baker Kline, que emocionó a más de dos millones de lectores con su novela El tren de los huérfanos, vuelve a entrelazar realidad y ficción para ofrecernos la historia de la singular relación de una mujer que se resistió a ser definida por su enfermedad, con uno de los más destacados artistas de su tiempo.



Impresiones

Christina Olson siempre ha vivido en el mismo lugar en el que nació: la granja familiar en Cushing, un pequeño pueblo costero de Maine. Allí vivió con sus padres y hermanos y, cuando los primeros murieron, con su hermano soltero. Desde pequeña tiene un problema en las articulaciones que hace que sufra de una cierta incapacidad que se ha agravado con los años.

En 1948 el pintor Andrew Wyeth la retrató en el famoso cuadro “El mundo de Cristina”, la que es su obra más famosa. ¿Cómo pudo una mujer como ella inspirar a un pintor tan conocido?

La autora parte de un hecho y unos personajes reales -como ya hiciera en “El tren de los huérfanos- para dibujar una historia ficticia que podría considerarse una especie de biografía novelada de Cristina Olson. Cuando era pequeña el padre de la novelista le regaló un grabado inspirado en ese cuadro (precioso, por cierto, buscadlo en google) y, ya de mayor, pensó que la historia de Cristina bien podía dar lugar a una novela.

La novela se desarrolla a través de dos líneas temporales. En una de ellas veremos a una Cristina muy jovencita que empieza a dar sus pinitos en la vida y en el amor. Esta línea comienza cuando era niña a finales del siglo XIX y va a prolongarse hasta el año 1938 (hasta que tiene unos cuarenta años). Veremos a una Cristina niña, adolescente, joven mujer y mujer madura. Veremos cómo era la vida en una granja y cómo era la vida con una discapacidad en aquel momento. La conoceremos amando y la conoceremos amargada; porque en Cristina hay mucha amargura.

La segunda línea se desarrolla en lo que es el presente de la novela y va de los años 1938 a 1948. Andrew Wyeth es un joven pintor, hijo de un famoso pintor, que ha recalado en la zona y que se va a casar con una joven de allí. Conocerá a Cristina y entablará una amistad con ella que hace que la retrate en el que será su cuadro más famoso.

Cada parte tiene su interés. La del pasado me ha resultado interesante sobre todo en cuando a los ancestros de la familia Olson -directamente huídos de Salem por haber participado en la quema de brujas- y por lo bien que refleja la vida rural y la vida en una granja. Se nota que la autora conoce bien el escenario y que se ha documentado bien sobre las condiciones de vida. Pero eso tiene también su punto negativo porque hay veces que, a mi entender, se extiende demasiado en explicaciones hasta el punto de perder el ritmo. Había momentos en que se me hacía un tanto aburrido el avanzar en la historia.

La parte del presente interesa por conocer a un autor del que no había oído hablar y un cuadro que me parece precioso en su simplicidad. Por lo demás, esta parte es menos atractiva que la del pasado

Será la propia Cristina quien nos relate en primera persona sus historias, en ambas líneas. Esto tiene sus más y sus menos. Normalmente consigue que conecte mucho con el personaje pero en este caso no ha sido así. Probablemente, porque es un personaje que no me ha llegado. Es antipática pero eso no es el problema porque he llegado a conectar con personajes mucho peores; es, simplemente, que no he llegado a sentirla como alguien real y cercano. Y no me ha llegado a emocionar. Y eso, quieras que no, ha supuesto un hándicap en la lectura.

Lo que sí me ha gustado, una vez más, es la preciosa prosa de Christina Baker Kline. Esta mujer escribe francamente bien, de forma minuciosa y detallada, con una prosa clara y precisa a la par que elegante. Y leerla siempre es un placer.



Conclusión final

“Un lugar en el mundo” es una novela preciosísimamente escrita cuya historia, sin embargo, no me ha resultado atractiva.

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