Hoy reseño la última novela en incorporarse a la colección Noir de la editorial d’Época (junto a Misterios de época, mi preferida): “Asesinato en la mansión Darwin” de un autor desconocido. Pues aunque esta novela –y otras más- viene firmada por un tal Marion Harvey, éste es un pseudónimo y hoy por hoy parece que se desconoce quién estaba detrás de él.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: d’Época
Páginas: 328
ISBN: 978-84-946875-8-7
Sinopsis
Tras escucharse el sonido de un disparo a medianoche, Philip Darwin es encontrado asesinado en su estudio; su esposa Ruth aparece junto al cadáver con un arma en la mano. En la mansión se encuentra también —además del personal de servicio y el secretario de Philip—, el antiguo prometido de Ruth, Carlton Davies, que había acudido a la casa tras una desesperada llamada de su antigua amada. En estas circunstancias, todas las pruebas materiales apuntan a que la señora Darwin ha cometido el crimen —a las que hay que añadir la certeza de que nunca ha amado a su esposo, pues había sido chantajeada por él para contraer matrimonio—. No obstante, su amado Carlton la considera inocente, pues la joven insiste en que ella no es la asesina de su esposo.
En su desesperación, Carlton acude al detective McKelvie, gran admirador de Sherlock Holmes, quien deberá ir desentrañando el misterio de tan enigmático crimen para ir descubriendo paulatinamente cómo todas las personas del entorno de Darwin se convierten en posibles sospechosos
Impresiones
Carlton Davies acude a la mansión Darwin llamado por Ruth, la esposa de Philip Darwin. Le ha hecho llegar un recado para que acuda urgentemente. Hubo una época en la que Ruth y Carlton estuvieron prometidos y Carlton no ha dejado de amarla. Cuando llega a la mansión, se encuentra a una Ruth muy preocupada: su marido ha encontrado una carta de amor que Ruth había escrito y ha amenazado con destruir a Davies. Éste aconseja a Ruth entrar en el despacho de Darwin, ya que éste no se encuentra en la casa, e intentar hacerse con la carta. Ruth así lo hace pero, a los segundos de entrar, se oye un disparo. Al entrar Davies y el secretario de Darwin Orton aprisa, se encuentran a Ruth con un revolver en la mano y a Darwin muerto en su sillón. Todas las ventanas están cerradas y por la única puerta de la habitación no ha salido nadie. Así que las sospechas recaen inmediatamente en Ruth y en el juicio preliminar es inmediatamente declarada culpable y llevada a prisión provisional.
Carlton cree en la inocencia de Ruth y encarga a una especie de detective aficionado llamado McKelvie que investigue el asunto. Éste es admirador de Sherlock Holmes y sigue sus métodos. McKelvie como Holmes, Carlton como Watson, irán tirando del hilo para intentar saber qué pasó realmente en aquella habitación.
Una vez más, la editorial d’Época rescata del olvido un libro y un autor que tuvieron mucho éxito en los países anglosajones pero que no habían sido traducidos al español. Y lo hace, como siempre, con un cuidado exquisito: una edición ilustrada preciosa y una traducción impecable.
“Asesinato en la mansión Darwin” es una novela de misterio al estilo clásico. Una novela de habitación cerrada, o una novela “whodunit” (¿quién lo hizo?). Una estructura de lo más clásica: un espacio cerrado, un asesinato, pocos personajes, alguno de ellos culpable. Una investigación realizada siguiendo el método deductivo: se buscan pistas, se pregunta a todo el que tiene algo que ver con el asunto y uno se expríme las neuronas hasta que consigue hallar la solución.
La historia transcurre en el Nueva York de los años 20, en la mansión de un hombre adinerado. Harvey refleja una alta sociedad bastante estirada y llena de convencionalismos en la que no faltan matrimonios de conveniencia, mayordomos al más puro estilo inglés, secretarios tipo cuervo y, por supuesto, un detective al estilo Holmes o Poirot. Como ellos, rarito y, sobre todo, muy pagado de sí mismo. Todo muy al estilo Agatha Christie pero a la americana
El misterio se plantea ya en el primer capítulo. Las primeras escenas, con el asesinato, son muy potentes y suscitan la atención y curiosidad del lector. Parece que está todo claro porque, ¿qué más claro puede haber que un hombre asesinado en una habitación cerrada en la que no hay nadie más que una mujer con un revólver en la mano? Pero una que ya ha leído muchas novelas de misterio sabe que lo evidente nunca es lo real y que detrás de esa escena de teatro tiene que haber mucha puesta en acción así que decide seguir leyendo para ver qué ocurrió realmente. A todo esto ayuda el hecho de que Ruth como asesina no de el pego en absoluto. Así que nos pondremos de su parte y de Carlton y removeremos cielo y tierra para descubrir al verdadero culpable
La acción se va enredando más y más hasta que, llegado a un determinado punto, encontramos por fin un hilo del que tirar que, sorpresa tras sorpresa, nos llevará a un final en el que todo queda resuelto a la perfección.
La trama está narrada con buen ritmo. El interés no decae en ningún momento y al lector le esperan unas cuantas sorpresas. Al final nos daremos cuenta de que todas las piezas encajan a la perfección y que el puzle que ha diseñado el autor es mucho más complejo de lo que a simple vista parecía.
Conclusión final
Otra joya que nos trae la editorial d’Época. Joya por fuera y joya por dentro. Una novela especialmente recomendada para los amantes de las novelas de misterio al estilo clásico.
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